En el amor, como en la memoria, lo que más duele se queda más tiempo.
Si recuerdas más las veces que tu pareja falló que aquellas en las que te apoyó, es posible que estés cayendo en el sesgo de disponibilidad. No es que no te quiera; es que tu mente recuerda con más facilidad lo que dolió.
Este sesgo nos hace dar más peso a los recuerdos que aparecen rápido en nuestra mente, sobre todo si fueron intensos emocionalmente. Y en una relación, los momentos difíciles tienden a dejar una huella más profunda que los cotidianos actos de amor.
Si tu pareja olvidó tu cumpleaños una vez, pero estuvo presente en muchos otros momentos importantes, podrías terminar sintiendo que “nunca está”, solo porque ese mal recuerdo es el que salta primero cuando piensas en él o ella.
🧩 Antes de decir “siempre” o “nunca” en una discusión de pareja, pregúntate:
¿Estoy viendo toda la historia… o solo lo que más fácilmente recuerdo?